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Chile implementó recientemente un impuesto al carbono para promover la eficiencia energética de los vehículos. Esta reforma fiscal, la más grande de los últimos 30 años,  se enfoca especialmente en el incremento de impuestos a las empresas más grandes.

La reforma fiscal establece un impuesto al carbono por la compra de autos nuevos en base a las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) (pesado) y Campo de Electrones (FE) (más ligero), de acuerdo a la información contenida en la etiqueta de eficiencia de combustible. La reforma también incluye un "impuesto verde",  una tasa de US$ 5 por tonelada de CO2 emitida por las centrales eléctricas térmicas.

El Congreso chileno aprobó la reforma tributaria el 11 de septiembre pasado, como consecuencia directa del proyecto piloto Iniciativa Global de Economía de los Combustibles (GFEI por sus siglas en inglés), financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) e implementado por el Programa de Naciones para el Medio Ambiente (PNUMA). El GFEI se puso en marcha en marzo de 2009 para crear conciencia sobre el potencial de ahorro de combustible para los vehículos fabricados y vendidos en todo el mundo. El proyecto también ofrece orientación y apoyo en el desarrollo de estrategias para fomentar la introducción de vehículos de bajo consumo.

El Senado de Chile también adoptó un programa más elaborado de etiquetado de vehículos, para soportar el lanzamiento del impuesto de carbono. Este programa puede, potencialmente, hacer que el etiquetado de vehículos sea más consciente con el medio ambiente, constituyendo el primer programa piloto de este tipo de etiquetado en América Latina. También puede ayudar a los consumidores a evaluar la eficiencia de los vehículos que consideren comprar, elevando así la conciencia de su huella de carbono.

Para hacer cumplir la reforma tributaria, los socios de la GFEI, el Centro Mario Molina de Chile y el Ministerio chileno de Transportes y Telecomunicaciones,  están en conversaciones para aplicar un “arancel reembolsable”, es decir un impuesto adicional sobre los vehículos ineficientes y para aquellos que sean eficientes se les devolverá el impuesto.

Con el objetivo de fomentar la mejora la economía de combustible en los vehículos y maximizar los beneficios que conlleva, Chile se ha comprometido voluntariamente a reducir en un 20% sus emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2020, en base a los niveles de 2007.

Entre 2005 y 2010,  con la excepción de 2008, la flota chilena de vehículos a nivel nacional  mostró una tasa de crecimiento promedio del 13%. El segmento de los vehículos más grandes, como camiones ligeros y SUV2, se incrementó significativamente, con un 242% de aumento en el periodo 2005- 2010, representando casi el 30% de todas las ventas de automóviles.

En Chile, los vehículos de tecnología diésel también han venido ganando progresivamente una mayor cuota de mercado, alcanzando el 21% de las ventas totales en 2010. Esto condujo a una reducción en las emisiones promedio de CO2, y un aumento sustancial de las emisiones de NOx.

Las actividades del proyecto GFEI seguirán apoyando mejoras en la eficiencia de vehículos en Chile, cerrando la brecha de emisiones de CO2 en relación con los países más desarrollados como Japón y la Unión Europea.

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