PRESS RELEASE


Arranca en Panamá un taller regional sobre el acceso a los recursos genéticos y distribución de beneficios

  • ¿Cómo se valora y protege la gran riqueza de  recursos genéticos de nuestra región?
  • ¿Cuáles son los retos y oportunidades de la bioprospección?
  • ¿Cómo se reconocen los conocimientos tradicionales de nuestras comunidades locales y pueblos  indígenas?
  • ¿Cómo se relacionan los derechos de propiedad intelectual?

 

Proyecto conjunto GEF-PNUMA-UICN para el “Fortalecimiento de la Implementación de los regímenes de Acceso a Recursos Genéticos y Distribución de Beneficios en América Latina y el Caribe


Ciudad de Panamá, 30 de agosto de 2011. La adopción del Protocolo de Nagoya, en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), firmado en octubre de 2010, presenta grandes desafíos para los países que ya lo han firmado (41 países, al 20 de agosto, 10 de ellos de América Latina y el Caribe), y para los que se plantean su próxima adhesión. Uno de esos retos es fortalecer sus capacidades para desarrollar y aplicar los requerimientos del CDB relacionados con el Acceso y Distribución de Beneficios (ADB) y los conocimientos tradicionales asociados.

Y éste es, precisamente, el objetivo principal del proyecto regional “Fortalecimiento de la Implementación de los regímenes de Acceso a Recursos Genéticos y Distribución de Beneficios en América Latina y el Caribe”, que ejecuta la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) en coordinación con PNUMA (Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y con el apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés).

Otro de los objetivos del proyecto, y que responde también a esos desafíos, es incrementar las habilidades nacionales de negociación en materia de contratos y acuerdos de ADB, de forma que los proveedores de recursos genéticos puedan acceder a los beneficios que se deriven de la utilización de dichos recursos.

Taller regional en Panamá

Como primera actividad hacia esas metas, se celebra en Panamá, del 30 de agosto al 2 de septiembre, el Taller de Inducción, que cuenta con cerca de 30 participantes, entre ellos, autoridades nacionales y expertos regionales en materia de acceso a recursos genéticos.

El taller permitirá intercambiar conocimientos, opiniones y experiencias sobre temas de interés regional en el campo de los recursos genéticos; analizar cómo avanzan los países participantes en sus regulaciones nacionales; preparar una lista inicial de instrumentos, políticas y estudios de caso; plantear alternativas y opciones para la región; e identificar actores relevantes, entre otros objetivos.

El encuentro regional ofrece una ocasión única para abordar cuestiones cruciales: ¿Cómo se valora y protege la gran riqueza de  recursos genéticos de nuestra región? ¿Cuáles son los retos y oportunidades de la bioprospección? ¿Cómo se reconocen los conocimientos tradicionales de nuestras comunidades locales y pueblos indígenas? ¿Cómo se relacionan los derechos de propiedad intelectual asociados?

Los derechos de los guardianes de los recursos genéticos

“Nuestra región posee una extraordinaria variedad de recursos genéticos”, subraya la directora para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.  Margarita Astrálaga opina que “el Protocolo de Nagoya es una herramienta valiosa para que se respeten los derechos de quienes han sido guardianes y protectores de estos recursos desde tiempo inmemorial, para que nuestros países  no sólo sean proveedores sino también usuarios de esos recursos,  y para que los beneficios derivados del aprovechamiento de los mismos lleguen a nuestros países y nuestra gente".

Para Mónica Ribadeneira Sarmiento, coordinadora del proyecto, la ratificación del protocolo y su implementación a escala nacional es clave para el establecimiento de niveles de seguridad jurídica en los países de origen de los recursos, pero es igualmente importante para los titulares del conocimiento tradicional asociado a estos recursos y para los interesados en su utilización con fines comerciales y de investigación.

La meta del proyecto es asegurar que los principios de conservación, sostenibilidad, equidad y justicia del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) relacionados con el acceso, la distribución de beneficios y la protección del conocimiento tradicional, estén incorporados en el desarrollo y la aplicación de políticas públicas, normas, programas e iniciativas en América Latina y el Caribe.

El proyecto se ejecuta en ocho países de la región: Colombia, Costa Rica, Cuba, Guyana, Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana. Su ejecución cuenta con el apoyo de  la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).


Sobre el Protocolo de Nagoya

El Protocolo de Nagoya es un acuerdo internacional que busca que los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos sean distribuidos en forma justa y equitativa, como establece el tercer objetivo del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Desde 1998, el Grupo de Expertos sobre Acceso y Participación ha negociado principios de acceso que contribuyan a la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica. El protocolo fue adoptado por la Décima Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el 29 de octubre de 2010, en Nagoya, Japón. Estará abierto a la firma de las Partes hasta el 1 de febrero de 2012, en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.

 

Más información:

Alejandro Laguna, oficial  regional de Información. PNUMA.  alex.laguna@unep.org

Mónica Ribadeneira Sarmiento, coordinadora del proyecto. UICN Sur. monica.ribadeneira@iucn.org

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